lunes, marzo 01, 2010

Nueva versión de Desaliento

Ya siento en mis huesos el futuro,
poco a poco me voy haciendo viejo;
se deforma mi forma en el espejo
del pasado claro y del presente oscuro.

Por la vida, temeroso, me apresuro
a la busca de Dios, de su reflejo;
y solo veo a Dios en el espejo,
donde ya me estremezco y desfiguro.

Mi sangre, antes, manantial caliente,
exangüe, se ha tornado en ancho río,
sin apenas orilla ni afluente

que busca solo el mar oscuro y frío
en donde descansar eternamente,
de esta vida de pésame y hastío.

Me queda la esperanza todavía
de un poema que aspire a la poesía.

domingo, diciembre 20, 2009

Semana Santa algecireña

SEMANA SANTA ALGECIREÑA

Las brisitas del Poniente

extienden su azul cortina

y pintan de fluorescente,

la bóveda aguamarina

La Acera de la Marina

hierve de tanta gente

que hoy pasea por el puente

a la sombra del Cristina

Bajo un paso reluciente,

de bordados y recamos

luce un Cristo penitente

en el Domingo de Ramos

Los tambores y cornetas

en sus dolientes idiomas

llenan, cual raudas cometas,

la Avenida de palomas

Le ponen el corazón

y el alma, las hermandades

en sublime procesión,

oro y plata, los cofrades

El día termina y asalta

un torbellino de velas

como una inmensa candela

de luz en la Plaza Alta.

La devoción se hace grito

otro año en la garganta

de un capataz señorito,

sólo en Semana Santa.

Y acaban tus pies cansados,

y el corazón encogido

pues siguen allí los pecados

porque no se han redimido.

Hasta que el mar de cristal

los lava luego en verano

con solo darle una mano

de sol, de viento y de sal.

martes, junio 23, 2009

Rafael Alberti

Tú que nunca de Cádiz te fuíste,
que los mares, marino te hicieron
sabrás que la noche no existe:
que es el fondo del mar en silencio;
que el amor es un ancla invisible
y la vida una barca de sueños,
un montón de recuerdos varados
a merced del capricho del tiempo.
Sabrás que las jarcias se aflojan
cuando al foque lo rielan los vientos
y que luego tras de las tormentas
se aplacan los cielos;
que la espuma nevada remoja
suspiros de sal en tu pelo.
Sabrás que hay gaviotas volando
en páginas blancas de ensueños
y lunas de plata y rebaños
de peces y viejos veleros
que van escribiendo en las aguas
que sigues por siempre en la mar,
marinero.

martes, marzo 24, 2009

20 de Marzo, día de la mujer.

Mujer, generadora de la vida,
esposa, madre, abuela y sacrificio,
almohada de mis penas, edificio
donde entra sin llamar mi alma herida.

Hoy que el mundo por tí va y nos convida
a que veamos tus obras sin prejuicio,
de tener que sacar un beneficio
a tu espalda cansada y socorrida

Quiero comprometer mi feminismo
de hombre solidario con tu lucha
declarando esta jornada como engaño.

Que rompo mi puñal contra el machismo
y le digo a todo aquel que hoy me escucha
que este día hay que hacerlo todo el año

lunes, diciembre 08, 2008

La tormenta

La tarde se adensa y se torna ambarina
y espesas nubes de tintes bermejos
descuelgan del cielo un haz de reflejos
en una agrisada e inmensa cortina.

Los truenos retumban tras de una colina
y un mar de relámpagos luce a lo lejos
lanzando a la tierra una lluvia de espejos
en una alocada y dispar tremolina.

La tierra crepita en fárrago hervor
y el polvo disuelve en caldo de barro
su alma de arcilla tras raudo desgarro
que deja en el aire una huella de olor.

Al cabo… se para el intenso combate
y vuelve al instante un cielo de añil
que dora, en silencio, la tarde de abril
sobre un océano color chocolate.

domingo, noviembre 30, 2008

El 22 cumpleaños de Pablo

Cada año que pasa es como el verso
de un poema que escribes a diario
en las páginas del frágil calendario
que define el perfil de tu universo.

Lo que escribes se queda en él impreso
-como un testamento ante notario-
con ese imborrable abecedario
de tus actos en que quedas siempre preso.

Este día que cumples veintidós
repasa con primor tu ortografía
y escribe en un renglón firme y derecho

Recurre el diccionario del buen Dios,
y si ves que tu pluma está vacía
la llenas con la sangre de mi pecho.

lunes, noviembre 03, 2008

Después de la tormenta

Siempre desdeñada, Guadix sedienta,
por la nube esquiva que evita el valle;
deseosa siempre de que el cirro estalle
en ruidosa y frenética tormenta.

De piedra gris, su cara polvorienta,
descubre en la indigencia de su talle
la fugaz torrentera en una calle
tortuosa, empinada y macilenta.

Cuando cesa, al fin, la lluvia escasa
y renace, añil, el azulado día,
reverberan las losas de la plaza

cual joyas de arabesca pedrería
que recuerdan el cruce de mil razas,
soportando impasibles, la sequía.